Nuestra misión es la formación cristiana de los alumnos para que, a través del desarrollo integral de sus capacidades humanas y con la ayuda de la gracia, alcancen la plena madurez en Cristo e impregnen la sociedad con los valores del Evangelio.
Nuestra propuesta educativa responde a lo que la Iglesia espera de la educación católica y encuentra en Ella una brújula segura.
El colegio, es para nosotros Casa y Escuela de comunión, donde cada uno es amado y respetado y por esto, animado a ser mejor cada día brindándose a los demás con generosidad.
La herencia espiritual y pedagógica de la Madre Paulina se sintetiza en un Proyecto Educativo que tiene a Cristo como centro y a la santidad como meta. Buscamos que nuestros alumnos puedan conocer a Jesús y seguirlo, transformando sus pensamientos, sentimientos y acciones conforme a los de Jesús.
El encuentro educativo, basado en una pedagogía donde el amor es el camino para despertar en el alumno lo mejor de sí, guía cada una de las acciones de los maestros y profesores. Ellos animan a los alumnos a esforzarse por superarse y resolver las dificultades que el proceso de enseñanza-aprendizaje trae consigo.
La integración de niños con capacidades diferentes es en nuestro colegio, una manifestación de nuestro espíritu fundacional inspirado en el ejemplo de caridad de la Madre Paulina quién se dedicó con amor a esta noble tarea.
Una formación integral abarca todas las dimensiones de la persona:
Formación religiosa
Formación intelectual
Formación de la voluntad
Creatividad y libertad encuentran así un marco para desarrollarse adecuadamente. En este ambiente educativo la educación de la afectividad, está encauzada para hacer de cada alumno y de cada alumna, personas capaces de entregarse a los demás con generosidad y madurez.